Cuando hablamos de los estrenos de cada temporada, sea el año que fuese, luego quizás del 2005, poco o muy poco de novedoso tenemos; y rabiar al respecto es, por más que parezca paradójico, un ejercicio ocioso. Sí, enarbolar argumentos y análisis sobre el por qué de la baja calidad de las producciones o su abuso constante de clichés es hasta inocente, pues no hace más que clarificar que el redactor no tiene mucha noción de lo que realmente pasa en el mundo del anime de estos tiempos y de lo que se encargan los creativos, marketing y demanda nipona. A todo esto, la otra postura de glorificar características, que no géneros (sí, el moe), es tan ridículo como válido, tan aceptable como reprochable, “...et sepultus resurrexit, certum est, quia impossibile” – (así es, el Credo Quia Asurdum, que justifica todo por su incredibilidad o absurdo).
Hallarse con un título diferente no es tan fuera de lo común, está en nuestros planes, lo esperamos; siempre vemos los charts buscando al caballo negro de la temporada, sea por amar el seinen o cualquier género con una valla para los espectadores de menor edad (así clasifican los títulos). En esta ocasión nada es diferente y frente a las series discretas y mediocres, a las vedettes y a las más populares que tuvieron inicios tibios en este segundo trimestre del 2012, tenemos a la que hasta ahora se vislumbra como la mejor serie de la temporada, de acuerdo, al menos tuvo el mejor primer episodio de la temporada (esperemos a los títulos de la sección Noitamina); hablamos de Uchuu Kyoudai.
Hallarse con un título diferente no es tan fuera de lo común, está en nuestros planes, lo esperamos; siempre vemos los charts buscando al caballo negro de la temporada, sea por amar el seinen o cualquier género con una valla para los espectadores de menor edad (así clasifican los títulos). En esta ocasión nada es diferente y frente a las series discretas y mediocres, a las vedettes y a las más populares que tuvieron inicios tibios en este segundo trimestre del 2012, tenemos a la que hasta ahora se vislumbra como la mejor serie de la temporada, de acuerdo, al menos tuvo el mejor primer episodio de la temporada (esperemos a los títulos de la sección Noitamina); hablamos de Uchuu Kyoudai.
Uchuu Kyoudai (Los Hermanos del espacio) está basada en el manga de Chūya Koyama, publicado en el 2008, nominado dos veces en el Manga Taisho (2009 y 2010) y ganador del premio a mejor manga en la edición 56 de los premios de manga Shogakugan y Kodansha. Este manga narra la historia de dos hermanos que a partir de una experiencia (al parecer espacial) en su infancia, deciden convertirse en astronautas cuando crezcan. Sin embargo, en la adultez, solo uno de ellos logró realizar su sueño. La historia nos cuenta, desde la perspectiva del hermano mayor, cómo podrá alcanzar esa meta, una, en la que su hermano logró superarlo en el 2025, siendo el primer astronauta japonés que pisaría la Luna.
Terminada la premisa podemos comenzar con este primer episodio realmente delicioso, gratificante, fresco y apreciable desde su inicio. Buen intro, buen opening y ending, buen desarrollo, interesante diseño de personajes, temática atractiva, humor adecuado (mucho más amplio y universal) y esa sensación de tranquilidad, de historia entrañable, una historia en boca de Mutta Namba, el hermano mayor que se lamenta haber nacido en una fecha fatídica para Japón (cuando quedan fuera del mundial de fútbol en las preliminares del 1993); mientras que su hermano menor Hibito, nace durante una victoria japonesa en un torneo de baseball. Este primer episodio nos introduce a la razón que inicialmente regirá sus vidas; haber presenciado un UFO durante una de sus exploraciones en el bosque hace que Hibito decida volverse astronauta y viajar a la Luna, y Mutta para no quedarse atrás decide hacer lo mismo pero hacia a Marte; pues todo hermano mayor, según él, debe estar un paso delante.
La historia es simple, pero la forma en la que se cuenta es lo que hace la diferencia, es una serie donde no tenemos fantasía o fan service, solo personajes realistas con una meta viable, que parte por cierto de un sueño de muchos jóvenes del siglo XX, pues seamos realistas, la carrera de exploración espacial luego de Verne era la mayor motivación para que los niños y jóvenes levantaran su rostro añorante a las estrellas. Esa es parte de la magia de Uchuu Kyoudai, es un título que se deja querer por su ambiente y propuesta, claro, tal vez con las generaciones menores no funcione tan bien, pero quienes ya estamos en ese grupo de “adultos jóvenes” la tenemos como un título destacado de esta temporada.
Con este primer episodio no podemos decir mucho sin tener que recurrir necesariamente al manga, pero el juego de la trama oscilará entre las desavenencias por las que tendrá que pasar Mutta para convertirse en astronauta y unirse a su hermano. Este proceso será un filtro por el cual nuestro entrañable héroe espacial, saldrá fortificado y forjado para el éxito, que por cierto no le ha sido ajeno del todo, ya que fue hasta un exceso temperamental (golpeó a su jefe por burlarse de Hibito) un talentoso diseñador para una firma de autos. Este proceso será curioso, ya que es un personaje construido a la vieja usanza, un adulto con apariencia descuidada más en la línea ochentera (cabello crecido y rizado, junto a una barba. Seamos sinceros es un prejuicio pero así funcionan los signos). Así tenemos un título con un primer episodio que, luego de haber visto varios estrenos de esta temporada, sorprendió gratamente. Debe seguirse sin lugar a dudas.
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