El pasado fin de semana se estrenó Saint Seiya Omega, la nueva versión, spin off, o producto derivado de esa vieja serie ochentera llamada (y recordada, idolatrada, venerada, etc.) Saint Seiya (para muchos países de habla hispana, Los caballeros del zodiaco). Saint Seiya, fue uno de los pilares en el crecimiento de los fans ochenteros y noventeros, tanto en Japón como en el resto de países donde fue popular (casi todo el orbe, menos dos norteamericanos, algunos nórdicos y una muy pequeña porción de asiáticos), es por eso que una nueva serie derivada es/era más que esperable – no contemos a Lost Canvas como un trabajo oficial; siendo realistas, el manga de la cuestionada Shiori es mejor que su adaptación animada, que hace méritos para llamarse fracaso.
Planificada para ser una serie de extensión mediana (aún se especula cuántos episodios tendrá, si 13, 51 o más de ¿200? Algunos foristas sí que exageran), Saint Seiya vuelve de la mano de Toei Animation a intentar capturar nuevos fans con la historia de los santos en su eterna lucha contra dioses que intentan borrar a la humanidad. Esta serie se programó en un horario infantil (domingos a las 6:30am) para cubrir el cierre de la más reciente entrega de Digimon y desde su anuncio evidenció que querían un público más joven, pero que en el camino intentarían contentar a los viejos seguidores de la serie clásica. ¿Podrá hacerlo?, parece que antes de su emisión ya había sido juzgada y ejecutada; ahora, con su emisión, muchas posturas han cambiado del rechazo a la aceptación o a la negación, en efecto, algunos han confirmado su postura y otros (¡traidores!) han terminado por disfrutar de la serie.
Antes de proseguir debo advertir que esta pequeña revisión carece de total objetividad (como ya se notó desde el primer párrafo), pues al haber crecido viendo Saint Seiya me permitiré no ser objetivo voluntariamente, escribir una opinión sin mucho cuidado académico, y plasmar en verborrea furibunda mis impresiones sobre lo que representa Omega para un fan de la vieja escuela; uno versado en estos avatares de la media nipona, pero que también es capaz de comprometerse emotivamente al revisar un título con pasado.
Historia
Esta nueva saga nos cuenta la historia de Kouga, quien será el nuevo caballero de Pegaso y sobre el que poco se sabe (aunque si inferimos por lo visto y todos los rumores, pese a que quieran negarlo muchos, podría ser hijo de Saori y Seiya). Situada 25 años en el futuro de la serie original, los caballeros de Athena tendrán que enfrentarse a Mars y su afán de utilizar a la diosa para apoderarse del mundo. Así, una nueva generación de caballeros, algunos de plata y otros de bronce tendrá que hacer frente a las amenazas divinas (o espaciales).
Esta premisa es la de siempre, solo que esta vez ya no tenemos de protagonistas a los cinco de bronce; por el contrario, tenemos a un Seiya muerto tras salvar a Kouga (o al menos en estado K.O o como no habido hasta que decidan hacerlo aparecer o sacárselo de la manga así como al maestro Aban en Dragon Quest/Las aventuras de Fly). No obstante, profundizar en la historia ahora es arriesgado ya que el argumento podría cambiar, y mucho de lo que se habla es sobre rumores y expectativas, así que por ahora este apartado es un terreno peligroso en el que adentrarse sin evitar caer en el prejuicio. Lo cierto es que tenemos una historia similar, pero con cambios sustanciales que no han gustado, cambios y adiciones reflejados en las armaduras, en los elementos sujetos a cada caballero, en la descendencia del dragón Shiryu, en los villanos, en la vuelta de ciertos personajes, y en síntesis cosas que viejos fans quieren, hecho que entra en conflicto con el objetivo de la serie, que no nos cuenta totalmente como público, y eso es lo que no se entiende o no se quiere entender o algunos ya están muy viejos para entender.
Animación
Está claro que Toei Animation experimenta con esta serie, hay tantas carencias que uno puede llegar a dudar de que sea un producto serio. Es válido preguntarse desesperanzado, ¿son así los animes orientados a los niños de ahora? Parece ser que el ahorro de recursos a merced de la productividad es una constante, y en Omega se critica no solo el cambio de diseños sino lo flojo de su animación. Conocida la característica del anime y sus pocos frames, tenemos aquí que la llamada fluidez ofrecida e inferida desde el inicio del proyecto fue publicidad engañosa. Algo muy común entre los aficionados fue esperar algo similar a lo visto en Casshern Sins, pero no lo tuvimos (era predecible) y no lo tendremos… NUNCA, aceptémoslo.
Los errores más reconocibles son la desaparición de las alas de la armadura de Sagitario, lo poco detallado de los personajes en perspectiva lejana, la falta de coloración (la mano del León menor ¡en el opening!) y los frames perdidos en la secuencia de presentación de Kouga, también en el opening. La paleta de colores es una muy saturada, demasiado intensa, y esa es una característica propia de las series infantiles y/o baratas. Una serie relativamente reciente, y no precisamente barata, también usó la misma paleta, fue Star Driver, pero allí, había una “armonía” de lo casi kitsch con lo fabulous. En Omega, esta coloración junto al diseño solo se ve bien en Saori y Shaina (oh, sí MILFs for the WIN!!! Y eso que la Saori original siempre me pareció un personaje frígido)
Quizás el cambio de las armaduras, su incorporación a gemas y su secuencia coreografiada sea de lo más mencionado hasta ahora, incluso sobre la pereza de crear un antagonista más creíble, y menos galáctico (las bromas y rage sobre Mars y su galactic ass eran la delicia de los fans más “ardidos”). Las armaduras lucen como látex, ya no van en las clásicas Pandora’s Box, no poseen una efigie y de no ser por el sonido metálico tradicional cuando sus usuarios se las ponen diríamos que se adhieren al cuerpo como cualquier transformación de mahou shoujos (no quiero ni ver cómo animan la secuencia del caballero dragón, el nuevo “Shun” del grupo). Concretamente diremos que es animación descuidada, floja, pobre, escasa, “fluida” porque parecen bocetos animados y coloreados, eso sí, por momentos (pero no pocos).
Música
El apartado musical en esta ocasión carece de los elementos clásicos de la serie, es decir, música instrumental que iba desde el corte académico hasta el hard rock. Saint Seiya además de sus tópicos y de su protagonista, de la elegancia de sus peleas, de lo bello de sus armaduras, el diseño de Araki y de todo lo que un viejo fan puede enumerar, destacó por su música, por la épica que era capaz de evocar. En Omega vemos que eso se abandona y no solo es que probablemente resulte costoso de producir, sino que el target, el público objetivo, es otro. Lo repetiremos hasta el cansancio, Saint Seiya Omega no está orientado (totalmente) para aquellos que crecimos con la serie original.
La música aquí pretende ser melancólica, se vale de instrumentos de viento, reales y emulados, por tanto sintéticos y sin fuerza; son mero pretexto de acompañamiento y simplona, a la par que pretenciosa, afección. Esto, sobre la música incidental, el OST o background music, pero hablemos del opening, sí, el sacrosanto y beatificado Pegasus Fantasy, que aunque no tan versionado como Cruel Angel Tesis de EVA, compite en cantidad de ejecuciones oficiales y aficionadas. Esta versión 2012, incorpora voces femeninas y pese a que en suma la serie es defectuosa (de acuerdo, se proyecta como tal, ya que hay un solo episodio emitido), es lo más rescatable. Puede cuestionarse el hecho de que se reciclara un tema a manera de guiño o de que se calcara algunas escenas del opening original, pero vamos, que es Saint Seiya (con arcos tan repetitivos como ninguno), y las líricas, acompañadas de escenas de acción y la melodía de cuerdas con su clásica distorsión (me gustó el nuevo arreglo de guitarra) fueron hasta satisfactorias. De hecho, el opening funciona mejor que el episodio completo.
Los ápices de esta primera entrega son alcanzados con la confluencia de tres elementos: música, acción y nostalgia (Opening, Seiya vs Mars y Kouga vs Mars). Aquí, la prueba de que la música es más complemento mínimo que parte fundamental, pues requiere de otros elementos para intentar reproducir lo expresado en antaño. Sin embargo, está bien, pues es evidente que no pretende ser otra cosa, es una serie barata, defectuosa, se minimizan los recursos, y la música debe cumplir, no ser una exquisita obra magna, es simplemente eficiente, acorde a estas épocas de animes cada vez más planos.
Recepción
Entre los aficionados no ha caído muy bien la serie, y eso porque ha dividido las posturas. Antes de su estreno muchos la odiaron, de hecho la mayoría, y pocos nos contábamos entre el grupo que esperaba su estreno para decidir, pues si bien existía evidencia de que no sería satisfactoria, algo de duda razonable no venía mal. En ese momento el grupo de personas a las que les gustó el diseño era escaso, casi nulo, eran unos parias que vivían debajo de las rocas en las llanuras que son los foros, temerosos de los ataques (con cosmo) de los haters. Ahora que se ha estrenado la serie, nos topamos con la sorpresa de que aquellos que la odiaron no la odian tanto, algunos la disfrutan y aquellos que tratamos de ser metódicos ahora la odiamos. Sí, no me gusta Saint Seiya Omega, es una aberración… no, no es cierto, confieso que en el streaming se veía ligeramente mejor que en la versión HD, pero sigo teniendo reparos con la serie. El consenso es que se le está dando la oportunidad de avanzar a la serie, y ver cómo se desarrolla, recordemos que Saint Seiya era irregular en sus inicios y hasta tenía algo de comedia a la par de lo sangriento.
Conclusiones
Podemos concluir con que Saint Seiya Omega no es canon, es menos oficial que Lost Canvas y a menos que a Kurumada se le ocurra enlazarla con Next Dimension debemos tomarla como un spin off para estas nuevas generaciones. Es una serie que ya no es para los viejos fans, está simplificada y tamizada para gustos diferentes, más contemporáneos y además, es más simple ya que es para niños y “niños grandes”. Saint Seiya Omega merece una oportunidad, pero debe verse como lo que es, no es una continuación directa, es solo una versión alterna de un futuro posible donde lo fabulous prima. Puedes odiarla si eres de esta generación y te gustan los trabajos de calidad, u odiarla más si eres oldfag, pero a fin de cuentas, tenemos que entender que no es una serie que deba ser comparada con la original.
Y yo que quería escribir solo un par de párrafos…
4 comentarios:
Comparto mucho su opinión... Jamás merecerá se comparada con la serie original, las secuelas y protosecuelas estan explotando a mas no poder la obra de arte que es Saint Seiya... la original... no nigeo que me gustaría más de esta historia, pero apegada a lo que sabemos, con relatos de Dioses y mitología que nos atrapo desde un 1er momento... quisiera escribir mas... pero espacio, tu sabes...
Prefiero LOST CANVAS que SAINT SEIYA OMEGA, lamentable que LOST CANVAS haya cancelado el resto de las temporadas, hubiese sido preferible que terminaran la saga de LOST CANVAS, por que tiene mejor animacion, musica y batallas que SAINT SEIYA OMEGA.
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