Bienvenidos a esta su sección semanal de maximun rage sobre Saint Seiya Omega. En esta ocasión, la carta más reciente prometía una variopinta y cuestionable, como siempre, selección capaz de poner en más de un aprieto a cualquier sibarita acostumbrado a las delicatessen de sangre, puños, virilidad y violencia ochentera. Esto, debido a que se nos iba a introducir a un par de conceptos importantes: la ya conocida presencia de los caballeros femeninos y la novedosa idea de Palestra, la escuela de caballeros que reemplazaría, en su función, a la Fundación Kido. Este tercer episodio era importante pues aportaría un nuevo indicador para sopesar la calidad y coherencia de la serie, y pese a que muchos fueron los comentarios negativos, despertaba algo de expectativa ya que se presumía un episodio aburrido, tedioso y dramático; drama del tipo femenino. Un prejuicio por su puesto.
Omega tres (y no es propiedad de lácteo) nos presenta rápidamente a Yuna, aquel personaje femenino insertado a la fuerza y por presión de la demanda imperante en los grupos protagónicos del sentai, y a su vez la aprovecha para vincular a los caballeros y espectadores con el concepto de escuela. Hasta el momento se había hablado de ellos, se había visto a dos o tres, pero ahora pudimos ver a un grupo mayor, y lamentablemente no es nada de lo que presenciamos anteriormente en el SS clásico. Sobre Yuna podemos decir que la recepción ha sido positiva, una guerrera con capacidades de combate destacadas, de estilo diferente y visualmente llamativo (estilo table dance LOL), y con una personalidad voluble y noble como el viento, de alguna forma iba a lograr conquistar a muchos espectadores. Sin embargo, su diseño sigue siendo el principal problema. Incluso habiéndonos acostumbrado a los bocetos previos, sus secuencias de acción son bruscas, no fluidas, la composición de su indumentaria de mahou shoujo contrasta radicalmente con la premisa de armaduras, incluso más que cualquiera de las nuevas armaduras de látex. Hecho curioso, pues en este episodio se mostraron en una remembranza explicativa, verdaderas armaduras. Aún así, Yuna ha logrado atrapar a algunos fans, en un hecho más que curioso, pues si ahora hay que destacar algo de Omega es que la gente la odia cada vez menos, y la quiere más y más en una ¡inconcebible falta de cordura! De acuerdo, exagero, hacia el final del texto sabrán por qué.
Quizás lo más chocante sea la introducción de Palestra, y es que si el concepto en sí no era lo suficientemente descabellado, ahora lo han convertido en más que un símil de Hogwarts, sí, la escuela británica de formación mágica en el universo ficcional de Harry Potter. Esta escuela es invisible a la vista de los simples muggles, solo admite a los santos una vez prueben su valía, es un castillo en toda regla que está rodeado por un lago – sin calamar gigante – y hasta posee un pasaje mágico como la estación 9 ¾; ¿debo decir más? Palestra, como todo colegio tiene una plana docente y administrativa, tiene espacios de estudio, y almuerzo, y hasta tiene vacaciones de primavera, sí caballeros, vacaciones. Aquí no hay entrenamiento espartano, ni gente que te acosa cortándote una oreja o estampándote literalmente contra las rocas, aquí hay “bullying”, esa popularizada versión snob y fresa del acoso estudiantil de toda la vida, que ahora necesita de barbarismos lingüísticos de moda para darse a entender. Este concepto falla porque fuerza las cosas. Entendemos que han pasado 25 años luego de la batalla contra Hades, pero la “modernidad” no desentonaba ni cuando existía el torneo galáctico. Un desatino, pues con ese diseño de personajes, y las cosas tan en calma parece que estuviéramos viendo una aburrida escena de colegio, como en Shoujo Kakumei Utena.
Previo a su lanzamiento se nos dijo que la serie complacería a grandes y chicos, y es ahora cuando hacen uso de más cartas nostálgicas, lo cual se agradece de alguna forma, y es que ahora sabemos de los cinco legendarios santos de bronce con cameo incluido – además del reingreso del viejo Geki de oso como maestro. Pero esto no es todo, se habla de medias verdades y se especula al respecto. Se mencionó que Athena permanecía en el santuario al final de las doce casas (un argumento conocido, ¿verdad, Saga?), y que había más de un caballero dorado en el presente. Aún no se ha clarificado este punto, pero con esto ya se metieron en el bolsillo a muchos. La existencia de los dorados y la jerarquía ascendente que se planteó al inicio hace suponer que alguno de los santos legendarios ocupa ese rango, y eso era más que deseable. Por ahora la opción más viable es un Shiryu de Libra o un Hyoga de Acuario, pero ya se verá en el camino. Este tema de las medias verdades también se aplica a la curiosa muestra de “verdaderas armaduras” en la serie. Cuando se explica los rangos de los caballeros de Athena, las figuras que ejemplifican la estructura muestran a las armaduras tradicionales, hecho que ha llevado a muchos a poner en tela de juicio la autenticidad de las armaduras de látex. ¿Armaduras de entrenamiento, nuevas armaduras, rediseño, o simple descuido de la animación y supervisor? Aún no podemos determinarlo, pues tenemos armaduras clásicas como la de Ofiuco y Sagitario con este rediseño, así que me inclino por el descuido, después de todo es una serie para niños y mucha profundidad no hay.
Para finalizar debo decir que Omega me está empezando a sorprender, no necesariamente por algo positivo, pero sí por los recursos de los que quiere echar mano. La nostalgia es un factor a rescatar, pero las ideas originales a veces terminan por empañar lo poco de bueno que se intenta recuperar. Confieso que ahora veo Omega con más interés y ya no por obligación, pero sigo siendo escéptico. El avance del siguiente episodio es tan motivador que puede dejar las expectativas muy altas; hará su aparición Ryuho de Dragón, hijo del legendario Dragón Shiryu y Shunrei. Este nuevo dragón, al parecer el menor de los santos, tiene una condición frágil de salud, pero aquí viene la sorpresa, tiene también un potencial tremendo; de hecho se le menciona como un niño prodigio (Oh, sí, Oh, sí, Oh, sí FUCK YEAH!!!), el hijo de un héroe que está destinado a repetir el encuentro violento con el nuevo Pegaso. Queda ver cómo manejan esta situación, pero con estas cartas, Omega gana mucho y logra que los viejos fans continuemos viéndola.
Muy bien jugado Toei (I’m watching you).
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