` [Impresiones] Saint Seiya Omega 19 ~ Proyecto Nihon

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martes, 14 de agosto de 2012

[Impresiones] Saint Seiya Omega 19

Han pasado ya algunos meses desde que comentamos los primeros episodios de Saint Seiya Omega, y tras su más reciente entrega, decidimos hacer una revisión acerca de las decisiones de la producción en cuanto al desarrollo. Al presente, la serie lleva 19 episodios que han servido para confirmar el desagrado generalizado del fandom promedio de Saint Seiya. Esas dudas que esbozábamos al inicio, ahora están disipadas y no sería exagerado decir que su público está prioritariamente divido entre aquellos a los que no les gusta y aquellos que la odian. Estos grupos curiosamente parecen tener subdivisiones para aquellos que tratan de disfrutar del spin-off y para los que simplemente no la ven y aún así la odian. 

Nadie puede juzgar eso, ya que hablamos de preferencias, fundamentadas o no, preferencias a fin de cuentas, y eso es lo que entre los aficionados no se entiende ya que al haber crecido o al haber estado vinculado de alguna manera a la serie – pese a su generación, recordemos las repeticiones – se dejan llevar por sus emociones y afectos, a la vez que por sus recuerdos – muchas veces inexactos. Sin embargo, lo principal a entender es que tenemos un público que conoce la serie clásica y se acerca a este nuevo título con un conocimiento determinado, pero muchas veces insuficiente, pues más allá de los títulos clásicos de infancia – hasta los 90’s tendríamos: Saint Seiya, Dragon Ball, Sailor Moon, Rayearth, Evangelion, Escaflowne, Slayers, Samurai X, etc.– no han continuando viendo animes, así que no están muy al tanto de los cambios y tendencias en la industria; de allí viene el rechazo casi homofóbico por Omega. Entendiendo que la serie es diferente, y que puede gustar a algunos (muy pocos), disgustar a muchos y enfurecer a otros tantos, veamos qué ha hecho la serie hasta ahora. 



Luego de algunos episodios de relleno, trama floja, animación cuestionable, lo más rescatable son los guiños y el nivel de especulación que puede despertar, aunque lamentablemente, develado el misterio la decepción se cierne sobre “el respetable”. De Omega podemos valorar los cameos, las referencias, los guiños a la serie clásica, por eso tenemos a Seiya, Shun, Kiki y a Shiryu de nuevo; el problema está en que no es suficiente para sostener una serie, quizás nos contente en algo a los fans antiguos, pero no salva a Omega de ser un producto defectuoso. Teniendo en cuenta al canon, el gran problema de la serie son sus diferentes spin-off, que lejos de complementar la historia, aportan muchas veces confusión y contradicciones – ojo que el mismo Kurumada cambiaba cosas en la obra original – de tal forma que todo lo visto en Omega, pese a que es una “secuela”, puede descartase fácilmente por sus incongruencias. 



El caso de la mutación de las armaduras tenía como explicación la caída del meteorito durante la batalla contra Mars, pero la involución de algunas armaduras (Águila y Orión) no se explica en lo absoluto. Incluso la promoción de bronce a plata queda en el ámbito de la especulación pues podemos justificarla con teorías sobre la reconstrucción de las armaduras desde cero – téngase en cuenta que en el Torneo Galáctico luchaban por obtener la armadura dorada y que en Next Dimension Dohko y Shion son ascendidos de bronce a oro. Estos problemas de origen y cruce de obras son el tópico de siempre con Saint Seiya, pero qué sucede cuando se va más allá y se toca a las leyendas; allí se tiene varias opciones, siendo las más comunes mitificar a los personajes y haciéndolos a un lado, o inhabilitándolos para hacerlos, de igual manera, a un lado. Así es, al menos Seiya ha tenido apariciones como para que la serie se llame “Saint Seiya” Omega, pero ¿qué sucede con los demás santos legendarios? Pues eso, que decidieron hacerlos leyendas vivas inhabilitadas a consecuencia de las heridas de oscuridad tras la batalla contra Mars.


Pese a que ya habíamos visto a Shiryu en el episodio de presentación de su hijo Ryuho, esta vez tenemos una aparición que ya no se limita solo a los recuerdos, si no que ahora podemos ver al legendario santo de dragón interactuando con los nuevos protagonistas. Lamentablemente, y tal como sucediera con Shun, es víctima de una herida de oscuridad por lo que ha perdido sus cinco sentidos. Siendo Shiryu, el santo que más ha sufrido de heridas en sus combates y su pérdida de sangre es tan legendaria como la solidez de su escudo, el estado casi vegetal de Dragón resulta chocante para los fans, sobre todo para quienes lo tenemos como favorito. Muchos han comentado que “ya no se respeta a las leyendas”, pero esta es una movida argumental válida, de hecho era la única válida para enfocar la trama en la nueva generación, sin que intervengan en la batalla los 5 protagonistas clásicos. Esta es la razón por la que tenemos a Seiya desaparecido – o desvanecido para ser más exactos – en batalla, a Shun como un médico viajero, a Shiryu sentado en Rozán sin sus 5 sentidos, y según los spoilers a Hyoga e Ikki, congelado y autoexiliado respectivamente.


Ya es conocido que Kurumada peca de poca originalidad para sus tramas, ese ritmo repetitivo de las batallas y enemigos lo hemos visto a través de todas sus sagas, incluso las películas pecaban de lo mismo, por tanto no es de sorprender que se reciclen los viejos métodos. En la saga del santuario los santos de plata eran prácticamente carne de cañón, y ahora no se ha hecho diferencia; estos nuevos santos de plata comandados por Sonia la hija de Mars, van cayendo uno tras otro frente al grupo de Koga. El enemigo de turno esta vez fue el caballero de Perseo, capaz de convertir en piedra a cualquiera con su escudo de Medusa; así es, Dragón contra Perseo/Medusa nuevamente, solo que la lucha sería entre Ryuho y Mirfak. Ryuho es dentro del grupo el más joven y a su vez uno de los más fuertes, al ser hijo de uno de los bronceados clásicos no era de extrañarse, pero también ha sido limitado, pues lo han dotado de una salud delicada hecho que lo obliga a cuidarse en combate y no poder desplegar todo su poder. Este recurso del chico enfermizo con un gran linaje y un poder importante lo hemos visto hasta el hartazgo en el anime y es lo que molesta más sobre el nuevo dragón. Más allá de su diseño infantil – motivo por el que los fans se rasgan las vestiduras – se priva al personaje de la posibilidad de sobresalir, y hasta ahora había permanecido recuperándose de la pelea con Mikene de Leo; aunque no deberíamos olvidar que la serie se llama Saint Seiya después de todo – en algunas encuestas japonesas Shiryu era más popular que Seiya.


Luego de tanto tiempo recuperándose, vemos a un Ryuho aún convaleciente, sufriendo durante la batalla contra Perseo; si Shiryu se quitaba la armadura y siempre le tocaban los enemigos más duros de roer en cuanto a técnicas o cosmo, razón por la cual terminaba muy golpeado tras su victoria, a Ryuho le ocurre lo mismo, pero debido a su salud; aunque es también justificable que se muestre de esta forma la diferencia de poder entre los rangos de plata y bronce. De todos modos, la batalla tenía que repetir el procedimiento de la pelea de Shiryu; aquí los compañeros de Koga no pueden vencer a Perseo y terminan convertidos en piedra, y ya sabemos cómo debería continuar, Ryho con esfuerzo logrará vencerlo, no sin antes recordar las enseñanzas de su padre. Omega en este episodio parece querer justificar el tiempo fuera de pantalla de Ryuho, añadiendo referencias y guiños a las batallas del caballero dragón, tanto así que hasta tenemos presente a la armadura de Libra. Una de las cosas a destacar es que muchos ya han notado la delgada línea que puede existir entre las técnicas de cosmo y las de elementos (uso esta denominación para hacer la diferencia, ya que ambas usan cosmo) pues el inteligente uso de Ryuho para aprovechar su debilidad elemental (tierra vs agua) demuestra que ambas naturalezas se complementan y depende del santo su efectividad. Curiosamente, Ryuho explica la ya consabida propiedad de la presión del agua y su capacidad de destrucción y corte ya visto durante la batalla contra Koga, razon por la que no sería sorprendente ver el uso de Excalibur con agua – U MAD Shura fans?



Tras incontables veces (tres para ser más exactos) en las que la tríada Seiya, Shiryu y Hyoga portó armaduras doradas, es de sentido común, no sin alguna discusión de por medio, asumir que estos santos luego de la batalla contra Hades se convirtieron oficialmente en los respectivos caballeros de Sagitario, Libra y Acuario. No obstante, hay quienes cuentan Overture o Next Dimension (aún en serialización) como prueba de que no se puede confirmar, además que algunos prefieren las armaduras divinas (kamei). Este asunto es de mucho debate, pues hay quienes creen que otorgarle rango de dorados es cuestionable no solo por el hecho de poseer otra constelación guardiana, si no que además, durante sus batallas han logrado superar los poderes de los santos dorados y sus kamei son más fuertes. Personalmente creo que la ascensión del trío a dorados no los desmerece, por el contrario, estoy seguro que la mayoría pensó en su momento que ese sería el fin de la saga, y todos estaríamos conformes y hasta felices por ver a los protagonistas alcanzar el nivel más alto dentro del ejército de Athena. Sobre este punto, Omega propone una versión, una distinta a la que esperábamos.


En los avances previos de este episodio vimos la armadura de Libra, hecho que significaba que su aparición era solo de carácter explicativa o se usaría alguna de sus armas en combate. Conociendo de antemano la condición de Shiryu, era poco probable que la vistiera, pero prácticamente no quedaban dudas de que él fuera su legítimo dueño. Tal vez ayudaría a Ryuho o en las más osadas especulaciones el nuevo dragón la usaría para vencer a Perseo, pero TOEI nos preparó una sorpresa, un nuevo caballero de Libra. No vamos a cuestionar la injerencia de nuevos santos, considerando que Omega es un spin-off y que los dorados siempre han sido los preferidos de los espectadores no es de extrañar que salgan con este tipo de argumentos; además, luego de ver a Mikene, sabíamos que Ikki no se convirtió en el caballero de Leo, y sobre el caso de Kiki, aún tenemos una duda esperanzada sobre si será el caballero dorado de Aries – a tener en cuenta que el escudo de Ryuho aún no ha sido reparado aún. Dicho esto, Omega no solo acaba con nuestras ilusiones si no que también baila sobre las mismas... De acuerdo, exagero, pero no vamos a negar que nos mantiene hablando de ella.


El nuevo santo de Libra, al igual que sus camaradas de Leo y Capricornio, parece ser un traidor; aparece como un sujeto peligroso, hasta tenebroso, quizás indicativo de que es capaz de usar el elemento oscuridad debido a su aura sombría. Que la armadura de Libra lo acepte como su dueño no solo representa que Shiryu pese a heredarla de Dohko no es su dueño (o simplemente no la puede vestir por su estado y ella escoge a la siguiente opción), si no que además, siguiendo la tradición de Death Mask, acepta a un personaje en apariencia malvado. Es más que curiosa esta referencia pues una vez que Genmu posee la armadura, Shiryu eleva su cosmo al punto de obligar una retirada del nuevo santo de Libra – “No sería un combate fácil” dijo. Esto sin duda recuerda a cómo Death Mask huye de la pelea contra Mu en Rozán. El buen Shiryu, con su cosmo apacible tornado en furibundo consigue ahuyentar a cualquiera; Shun lo logró con una sola mirada frente un plateado, ahora Shiryu lo hace con un dorado. Los santos legendarios infunden respeto y miedo, como debe ser, al menos respetan eso en Omega.

Esto es lo que gusta de Omega, sus referencias, sus tributos, esos pequeños flashbacks, pero es una pequeña porción frente a todo lo nuevo y fallido que representa. Demás está criticar la animación y el rediseño de personajes, es más de lo mismo, por otra parte para evitar la amargura, tomemos lo mejor de la serie, que es ínfimo, pero es más saludable. Ahora toca que el grupo viaje separado, Souma por su cuenta, Yuna y Koga juntos y el nuevo “dúo dinámico” de Ryuho y Haruto a la par, lo cual junto a la trama de los cristales nos recuerda a un RPG. Me quedo con la imagen de Shiryu y Sunrei en Rozan junto a toda la nostalgia que la historia de esta familia puede evocar. 

1 comentarios:

Amigo estoy totalmente de acuerdo contigo, sobre todo esto de quedarse con la imagen final. Shiryu y su mundo siempre han sido mis temas favoritos.
Esta serie es simplemente horrible, pero pienso también que a los personajes antiguos se les ha tratado con respeto. El caso de Shiryu es muy curioso: muchos fans consideran indigna la condición de Shiryu. Yo pienso todo lo contrario, que su estado casi vegetal lo ha engrandecido, pues al no tener los 5 sentidos Shiryu trabaja e interactúa con los otros 3 al máximo: 6to, 7mo y 8vo sentidos (y cuidado que 9no), exaltando el principio de la no-dependencia taoista que bien practicó su maestro. Se le ha visto entrenando a su hijo, protegiendo a Shun-rei de la vista ajena (Si no es ella misma la que controla la imperceptibilidad) y atemorizando astralmente a un enemigo. Shiryu es poderoso y manifiesta su voluntad.
Y lo de su hijo es cierto: lo enfermaron para bajarle el destaque pues posee un perfil que está por encima de los demás. De otra manera la serie como muchos dicen se llamaría Saint Shiryu.
En pocas palabras, la herencia del Dragón se les hizo muy grande a estos guionistas. Una verdadera pena que Omega sea tan mediocre.