Argumento: María y Minoru se encuentran con una mujer vestida con un disfraz muy sugerente; extrañados, deciden seguirla hasta su destino, un bar cosplay de propiedad de un hombre llamado Santana. El establecimiento, de ambientación japonesa, ofrece además de bebidas compañía femenina por lo que Hakko, la mujer a quien siguieron se sienta con ellos; y en una situación fortuita, debido a que ella no puede hablar, termina mostrando su marca púrpura bajo el brazo. Ante las insistentes interrogantes de Minoru, Santana opta por echarlo del lugar. En otra parte de la ciudad, Yuri dialoga con Canaan sobre la responsabilidad de Alphard en los eventos recientes y le revela la existencia de los borners y sus marcas púrpuras. Estos individuos fueron infectados con el virus UA y a diferencia de los unblooms desarrollaron organismos diferentes y habilidades especiales. Mientras tanto, Alphard y sus subordinados planean el ataque a la cumbre de líderes antiterroristas. A la mañana siguiente Canaan se presenta en la habitación de María para cumplir la promesa de salir a pasear. Sin embargo, en su trayecto son emboscadas por el compañero del borner electrocutado. Este niño quien también es un borner secuestra a María para tenderle una trampa a Canaan quien tras eludir los obstáculos logra enfrentarse a él y matarlo. Al liberar a María, quien se encuentra en shock, pues la bomba que el chico le puso era falsa y solo pretendía comprobar la reacción de la mercenaria, Canaan puede ver el rechazo con sus ojos sinestésicos, lo que provoca la separación de las amigas.
Análisis: Habíamos hablado ya acerca de todo lo gratuito en este título y su evidente intención de balancear los eventos en la trama para hacerla más digerible por diversos públicos; sin embargo, a causa de esto, un manejo correcto en el apartado de la animación y actuación puede perder mucho de fluidez al punto de volverse tan solo un show displicente en el análisis minucioso. El service en la mayoría de las series se usa como recurso sugerente aunque siempre provoque suspicacias dependiendo de la historia y género en los que se emplee. Es más válido de acuerdo a esto, usarlo en series de entretenimiento que en historias adultas, pero aquí el problema, Canaan acoge elementos y efectos de diversos géneros y no se toma a sí misma en serio totalmente, por eso que los aficionados al seinen lamentan su incursión mientras que el espectador promedio no siente incomodidad alguna. Este capítulo es la gran muestra de aquello, no repara en usar lugares comunes una y otra vez, pero su prestación no sufre mayor merma pues desde un principio apunta al gusto popular. Si la tomamos como historia adulta, el humor es un recurso del que se abusa por más evidente y hasta sarcástico que sea por momentos, pero en el plano de lo estándar, es eficiente y aspira al divertimento sin caer en lo burdo. A partir de esto podemos entender entonces el papel de lo gratuito en una historia con intrigas, violencia, terrorismo y acción.
Hasta ahora, este es el episodio que más ha usado situaciones dirigidas al sector masculino, pero hay un curioso discurso entre líneas que se esboza tal vez solo para justificar situaciones futuras. Apuntando claramente a un desarrollo de la relación amical yuri, lo erótico heterosexual es censurado, y aunque por labios de un personaje, evidencia del doble discurso y la autocensura, el mostrar y no hacerlo, todo en virtud de la distribución a cuenta gotas de algo que se percibe nítidamente. Enfocándonos en la progresión del capítulo, la sucesión de hechos nos demuestra que una historia con potencial puede generar eventos rescatables, esto si entendemos el service mostrado como premisa – que no excusa, totalmente – para la inserción de la intriga. Pasar de un desnudo parcial a la intriga podría confundirse con un erróneo manejo argumental, pero es muestra, por el contrario, de la capacidad de dosificación de información a través de la historia. Otro ejemplo que sustenta esta afirmación es la concatenación de eventos finales por episodio, ya que el recurso no se emplea como simple fragmentación del timeline si no que prioriza las emociones a generarse en el espectador por cada nuevo dato revelado. Así, todo lo gratuito está incluido sólo para ralentizar el verdadero argumento y mantener en tensión al televidente, y por su supuesto garantizar el visionado semanal a través de la expectativa que ya logró mucho antes de su lanzamiento incluso.
En lo que respecta a los llamados picos o desenlaces episódicos que parecen otorgar una naturaleza de trama stand alone, rescatamos la correcta dirección de eso que llamamos antes abuso de situaciones. Si se presenta como importante tan solo un evento – la información sobre el virus UA –, pues el vínculo entre la protagonista y su amiga es más que evidente, podríamos contar como lo mejor del capítulo estos datos científicos junto a la tensión generada por la secuencia final. La historia apunta por ahora a un desarrollo lento, tanto que solo en la mitad y última parte somos concientes del la historia; aun así, este suceso obligatorio puede quedar opacado con las secuencias de acción, el enfrentamiento final con el niño borner. Con posibilidades de mejora técnica en cuanto a lo visual, pese a lo sumamente correcto de la animación, el discurso, la interacción y el desenlace son toda una puesta teatral exagerada en síntesis, pero correcta ya que sirve para desarrollar al personaje protagónico y nuestro conocimiento de este. En el suspense, la incursión de los niños intrigantes, astutos, malvados, fríos y en pleno dominio de sus facultades es un recurso muy usado; en este caso, el niño maligno de turno – aunque en este caso solo tenga la apariencia de niño a causa de su infección – cumple con su papel con gran acierto pues es el engranaje del espectáculo de lo grandilocuente con su discurso y puesta en escena villanesca de la que emanan subrepticias y ligeras risas cómplices al espectador, con miras a profundizar en los caracteres principales. Estos dos hechos son lo mejor del episodio, uno que sabe mantener al pendiente del desarrollo de la historia, después de todo algo bueno tenía que usarse habiendo cruzado la delgada línea de lo común, algo de lo que se cuidaron mucho en los dos episodios anteriores – esta vez sí hubo referencias a los fluidos desde el típico sangrado nasal hasta el que resulta del climax.
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